Con los años, no aprendemos
amar, al contrario aprendemos a no amar, siendo niños, amamos fácilmente,
perdonamos fácilmente.
Pero a medida que crecemos,
olvidamos amar, nuestro corazón poco a poco se cierra ante la vida, ante el amor.
Nos acompañan, recuerdos
dolorosos, palabras que nos rompieron el corazón una y otra vez, rostros que
amamos más que nada en un momento dado, pero que no nos amaron a nosotros, y
todo eso nos hace, dejar de amar, de creer que el verdadero y único amor existe.
Volver a la escuela del
amor, resultara algo difícil, aprender amar nuevamente, es mi meta, amarte a la
antigua, como una niña.